28/03/2014. Silencio.( Reflexión de Miguel Blanco)

¿Os habéis fijado en la cantidad de ruido que nos rodea? Ruido por todas partes a nuestro alrededor… Algunos dicen que es una técnica ideada para mantenernos idiotizados. Y lo consiguen, ¡vaya que lo consiguen! El ruido es la mejor manera para impedir que fijemos nuestra atención en aquello que interesa. Por eso nos abruman con noticias, hasta saturar nuestra atención, y al final, acabamos por no hacer caso de nada. Aunque sea lo más primordial. Un día, hace ya muchos años, me encontré a un santón en la plaza Durbar en Kathmandú. Después de charlar con él durante un buen rato y, antes de desaparecer ante mis narices, Me dejo un consejo valioso: “Escucha el silencio” Era entonces muy joven y, a mi también me gustaba el ruido entonces, estaba atrapado en él. Han pasado los años y, ahora comprendo mejor el mensaje. He comenzado a apreciar, a amar el ruido del silencio. A buscarlo. En este tiempo, he aprendido, que es el mejor aliado para estar conmigo mismo y para intentar comprender. Por eso, muchas veces, intentamos no participar en esa orquesta de ruidos que nos rodea y, no hablamos de ciertos temas, para no participar en crear más alboroto. Nos ha ocurrido con el tema del famoso avión malayo desaparecido. Muchos nos pedíais que hablásemos sobre su misterio. No teníamos datos sobre él, por ello nos mantuvimos en silencio. Algunos nos decían: “Ha traspasado una puerta interdimensional y desapareció.” Otros: Ha sido abducido por extraterrestres y está en su planeta. Un sabotaje, una atentado… un… Y como no teníamos certeza de nada de ello, callamos, que es lo mejor que se puede hacer ante algo que no sabes. Mejor el silencio y no contribuir a crear mas ruido. Por respeto a los seres humanos que viajaban en él y por sus familiares. Parece que le misterio del avión se va desvelando… y no sirven esas respuestas. Puertas dimensionales, extraterrestres… Pedíais una explicación sobre nuestro silencio ante el misterio del avión, y aquí trato de dejarla. Cada día más, nos gusta el silencio. Ese que nos lleva de viaje a lugares lejanos, cercanos a nosotros mismos. Por eso, quizás, este año, regresamos a esa plaza de Kathmandú a volver a buscar a aquel santón, a ver si nos da mas claves a seguir. Aunque de sobra sabemos que no hay que viajar lejos para buscar claves. Están aquí, a nuestro alrededor, quizás aliadas con el silencio. Me retiro en silencio. A seguir buscándolo. Gracias. Feliz semana. Miguel Blanco. FUENTE: http://www.espacioenblanco.es/