20 de marzo de 2014

20/03/2014. ¿Se aproxima una era glacial?



En los últimos tiempos estamos asistiendo a acontecimientos climáticos verdaderamente extraños. En algunos casos se podría decir que rayan en lo inquietante. Todavía tenemos en mente las imágenes de la ola de frío extremo que ha azotado Estados Unidos. Este ha sido el invierno más frío de los últimos cien años en América del Norte, donde seis Estados tuvieron que decretar el estado de emergencia. La furia de los elementos detuvo trenes, canceló cientos de vuelos, bloqueó carreteras, e incluso llegó a congelar las cataratas del Niágara.
Incluso ha llegado a nevar en lugares donde parecería impensable: Egipto, Somalia, Arabia, el desierto de Atacama…Parece que la Tierra está temblando como una persona enferma.
El tiempo desapacible también se ha cebado con todo el sureste asiático, donde una ola de frío ha dejado 110 muertos en el norte de la India. China y Mongolia no han escapado tampoco. En los últimos años se han dado más casos similares en estas regiones, pero no aparecen normalmente en los medios de comunicación.
El sur de Reino Unido ha sufrido el mes de enero más húmedo que se recuerda desde 1910. En Bolivia también ha llovido intensamente durante meses, lo que ha provocado deslizamientos de tierra que se han cobrado la vida de cuatro docenas de personas.
Incluso en la Antártida se han registrado la friolera de 93 grados bajo cero, temperatura récord.
Pero…¿los científicos no llevan años afirmando que estamos en pleno proceso de calentamiento global? Esa sería la teoría más aceptada, pero lo cierto es que cada día más expertos de diversas ramas ponen en tela de juicio esta hipótesis, teorizando incluso con que los acontecimientos actuales son el preludio de una nueva era o edad glacial.
El calentamiento global o las heladas anómalas?  Los desastres naturales más próximos
No se sabe con exactitud, pero algunos investigadores aseguran que alrededor del año 2055, la Tierra podría entrar en una nueva glaciación que duraría unos dos siglos. Uno de estos investigadores es Alexander Soloviev, jefe del laboratorio de física del Sol en el observatorio astronómico Pulkovo, quien expresó a la Voz de Rusia: “Hay una hipótesis según la cual, cuanto mayor sea la actividad solar, mayor es la temperatura en la Tierra, y viceversa: cuando el Sol baja su nivel de actividad, disminuye la temperatura en la Tierra. En estos momentos, estamos viviendo un periodo de actividad solar máxima, pero es una máxima muy baja, lo que indica que ahora mismo el Sol no se encuentra muy activo. Se espera que en el siglo XXI el Sol no sea tan activo como lo fue en el siglo anterior, por lo que sospechamos que en este siglo la temperatura media sea inferior a la del siglo XX.”  
Según el investigador del Instituto de biofísica de la Academia de Ciencias de Rusia, Alexei Karnaukhov, el calentamiento global podría estar alterando el equilibrio de la Tierra, y con ello las corrientes oceánicas, produciendo una interrupción de la corriente del Golfo. En los últimos cien mil años, la corriente del Golfo se ha detenido 30 veces. Estas detenciones condujeron al comienzo de las glaciaciones. En ese momento, casi toda Europa estaba cubierta de hielo, al igual que ahora lo están la Antártida o Groenlandia. “Parece que ahora estamos observando la etapa inicial de detención de la Corriente del Golfo, ya que su intensidad se está viendo reducida, lo que afecta al clima, no sólo de Europa y Rusia, sino también de América del Norte, y posiblemente Tailandia.”dice Alexei.
Por lo tanto, el hipotético calentamiento global del planeta lleva a corto plazo a épocas de frío. En resumidas cuentas, la tendencia hacia el calentamiento global debido al impacto humano sobre el medio ambiente y una disminución en la temperatura debido al debilitamiento de la actividad solar no se excluyen entre sí, dicen los científicos. Estos procesos tienen lugar en diferentes planos. El uno equilibra al otro. Y, tal vez, uno de ellos podría hacer perder el equilibrio al conjunto.
Los expertos creen que este fenómeno sería comparable a uno de los mayores períodos de calma que ha manifestado el  Sol desde el siglo XVII, conocido como el” Mínimo de Maunder”, en el que durísimos inviernos se cirnieron sobre Europa. El río Támesis y el mar Báltico se congelaron, durante las condiciones más duras a nivel meteorológico que se han registrado en Europa.
De acuerdo con el National Climatic Data Center estadounidense, la cubierta de nieve de este año sobre América del Norte y gran parte de Siberia, Mongolia y China es mayor que en cualquier otro momento desde el año 1966.
Asimismo, parece ser que en los periodos anteriores a las glaciaciones, se acentúan el invierno y el verano, atenuándose y siendo casi imperceptibles las otras dos estaciones de entretiempo. Antes de la llegada de la glaciación, los inviernos se volverán progresivamente más crudos. Aunque no siempre se barajan las mismas fechas, algunos expertos apuntan a que cada cien mil años aproximadamente se produce una gran glaciación, y entre ellas se suceden periodos interglaciares de 10.000 años.

Evidencias científicas

En la actualidad existen multitud de pruebas científicas totalmente contrastadas que apuntan a que nos aproximamos a una época glacial. También podemos bucear en la historia de la Tierra y sus variaciones cíclicas, ya que el impacto del hombre sobre ella es muy reciente en la escala geológica.
Victor Bokov es director del Instituto Polar Abdusamatuv, de la Academia de Ciencias Rusas. Este científico argumenta que los acontecimientos que se están dando ahora en la Tierra no son nuevos, sino que forman parte de la evolución natural de nuestro orbe, como ya ocurrió hace miles de años, concretamente a finales del Pleistoceno. En aquella época tuvieron lugar las últimas glaciaciones de la historia de la Tierra, la de Würm y la de Riss. La primera fue la causante de la migración y dispersión del homo sapiens, hace unos 120.ooo años, y remitió hace 20.000. La glaciación de Riss, sin embargo, comenzó hace 200.000 años, siendo la de Würm una especie de subglaciación con ciclos más cortos y varios ciclos de aumento y remisión.
En el Pleistoceno también tuvo lugar un incremento en el nivel de los mares como preludio a las épocas glaciales que acabamos de citar, como demuestran los análisis de las capas de hielo de la Antártida y las muestras de análisis incremental de hielo en el océano y pérdida de hielo en el continente.
Otros acontecimientos que precederían a un período glacial, serían:
- Cambios continuos en la capa de ozono unidos a la generación de H2SO4 (ácido sulfúrico), como consecuencia de la ionización por los rayos cósmicos (tormentas solares + radiación cósmica de eventos estelares).
- Mayor excentricidad de la órbita de la Tierra, que implica un giro ligeramente más alejado del Sol en invierno y ligeramente más próximo al Sol en verano, algo que explicaría también las ligeras variaciones detectadas en la órbita de la Luna y otros planetas del Sistema Solar.
- Desplazamientos sutiles en el eje magnético de la Tierra, acompañados de un incremento en la actividad sísmica y volcánica como consecuencia de los dos primeros puntos, en un proceso que evidencia un cambio cósmico de naturaleza cíclica.
Todo esto explicaría la aparición de hielo en lugares donde no había, el deshielo de lugares que han estado siempre cubiertos de hielo, el incremento del nivel de los océanos y los fenómenos de inversión térmica de carácter súbito.
El siguiente diagrama muestra los periodos de glaciación en el Pleistoceno junto a la excentricidad, la inclinación del eje terrestre, la duración y el contraste de las estaciones, en series que llegan hasta los 500.000 años:
Fijándonos en los datos, podemos comprobar cómo nos encontramos en un ciclo de incremento de la excentricidad, o el final de una etapa “interglacial”. Podemos ver también que cuando la excentricidad se incrementa, se produce un mayor contraste térmico entre las estaciones.
El equipo de Starviewer interpreta el diagrama de la siguiente manera y saca estas conclusiones:
“En la gráfica superior, podemos ver marcados los puntos máximos correspondientes a la glaciación Würm (-119.000 a -127.000, Máximo de Würm)  y si observan los Parámetros máximos de la Glaciación Riss divididos por una breve etapa interglacial. El diagrama muestra diversos máximos y mínimos de glaciación-Calentamiento, siendo el de Riss (-200.000 a -150.000) el período de mayor excentricidad de la órbita terrestre. (Que ha oscilado entre 0,01 actualidad hasta 0,04 Würm y 0,06 Riss).  el desplazamiento en el eje terrestre de 22,5º a los 24,5º de la Glaciación Riss, explica también los periodos sísmicos y volcánicos como eventos previos a las glaciaciones.
De los datos extraídos por series históricas, se aprecian “subciclos” tanto de excentricidad, como de cambios en inclinación del eje terrestre de unos 25.000 años de duración, lo que evidencia un proceso cósmico cíclico.
En los periodos de mayor excentricidad, también aparecen restos de Iridio y SO4, lo que evidencia mayor intensidad de la radiación cósmica. A mayor excentricidad, mayor radiación procedente de otras fuentes que no son el Sol.
Este fenómeno, pone de manifiesto igualmente que la acción gravitacional del Sol no es constante, sino que fluctúa de forma logarítmica y cíclica en función de los eventos cósmicos de la Galaxia.
Las marcas interglaciales, nos muestran tramos en los que se invierte la tendencia de los ciclos, lo que supone un período de menores contrastes térmicos tras la glaciación, que se origina por un giro en el eje de la tierra a los 22,5º desde los 24,5º en el caso de la glaciación Würm, lo que propicia una mayor isolación estival.”
En este otro gráfico se compara el contraste del incremento del nivel de los océanos en relación con los períodos interglaciares y las glaciaciones:
Aquí podemos observar que efectivamente hay una relación entre el incremento del nivel del mar y el comienzo de una glaciación. Sucedió así en el pasado antes de la glaciación Würm. Las variaciones cíclicas en el nivel del mar se corresponden con el movimiento del eje de la Tierra. Una vez más, otro indicio de ciclo cósmico.
Parece ser que la NSA está bastante preocupada por esta glaciación inminente, ya que los chemtrails y el HAARP no funcionan correctamente con el frío. Hay quien asegura incluso que se fumiga con la intención de detener este proceso. ¿Podrá el ser humano detener a las fuerzas de la Naturaleza? Mientras tanto, miles de animales migran de sus lugares habituales, y cada vez más rusos venden sus casas para instalarse a vivir en lugares más cálidos.

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