El líder norcoreano, Kim Jong-un, ha advertido a sus soldados de que deben prepararse para un “inminente conflicto con Estados Unidos”, informan los medios de comunicación de Pyongyang después de que satélites mostraran la posibilidad de una inminente prueba nuclear.
Esta información ha sido dada a conocer mientras el presidente estadounidense, Barak Obama, finaliza una visita de dos días a Corea del Sur, donde avisó sobre sanciones más duras contra Corea del Norte si continúa sus ensayos nucleares. También se produce después de que Pyongyang detuviera a un joven ciudadano estadounidense de 24 años, por una conducta “incorrecta” al entrar al país.
Kim Jong-un, comandante supremo de un Ejército de 1,2 millones de efectivos, visita con frecuencia las unidades militares para brindarles sobre el terreno “orientación” sobre las formas de fortalecer su preparación. Por lo general les prodiga elogios y les regala objetos como fusiles o binoculares, que simbolizan su estado vigilante.
Sin embargo, tras presenciar un simulacro de bombardeo por parte de una subunidad de artillería, el viernes, reprendió a los soldados por su laxismo, según la Agencia Central de Noticias Coreana (KCNA). “Nuestro querido comandante supremo Kim Jong-un dijo que, actualmente, nada es más importante que la preparación para el combate en un inminente conflicto con Estados Unidos”, informó KCNA.
Un “Estado paria”
Mientras tanto, el presidente Obama no ha dudado en calificar a Corea del Norte de “Estado paria” y débil cuya frontera fuertemente militarizada con el Sur “marca el límite de la libertad”, según ha declarado durante un discurso ante las tropas de su país en Seúl. Lo que define la diferencia entre los dos países es una fractura entre una “democracia que crece y un Estado paria que hambreará a su pueblo, más que nutrir sus esperanzas y sueños”, ha añadido Obama.
El mandatario ha advertido a Corea del Norte de que sólo encontrará “más aislamiento” y sanciones si continúa realizando “provocaciones” como las pruebas de misiles de alto alcance o una cuarta prueba para el desarrollo de una arma nuclear. “Es importante para nosotros examinar formas adicionales con las que aplicar presión a Corea del Norte, incluso un aumento de las sanciones”, ha afirmado, reconociendo que por el momento la presión diplomática ha tenido un impacto limitado en un país que se caracteriza por su aislamiento.
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