La desaparición del vuelo MH370 procedente de Kuala Lumpur con 239 pasajeros a bordo, el pasado sábado, ha abierto la puerta a la especulación sobre su paradero pero, también, a la recuperación de otras historias semejantes que durante la última centuria trajeron de cabeza a los investigadores y alimentaron el morbo de la opinión pública.
Al fin y al cabo, las aeronaves, ese invento que hoy nos parece tan familiar pero que cambió para siempre la vida de nuestros antepasados, son el gancho idóneo para las conspiraciones y las grandes historias. Es el caso de la hazaña de Charles Lindbergh, el primer hombre en cruzar en avión el Atlántico en un vuelo sin escalas, lo que le convirtió en una importante personalidad de la vida americana durante los años 20 y 30. Incluso series de ficción como Perdidos, de J.J. Abrams, han aprovechado el cebo del vuelo que desaparece sin dejar rastro como punto de partida (sobrenatural).
Las siguiente cuatro historias tienen en común ciertas dosis de misterio, pero también de drama. No debemos olvidar que, como ha ocurrido con el MH370, estas historias siempre terminan mal para los tripulantes de los vuelos accidentados, así como para sus familias, que asisten repetidamente a la repetición de una historia cuya conclusión les ha sido arrebatada.
Amelia Earhart
En 1935, a Amelia Earhart le quedaban pocos sueños por cumplir. Había conseguido ser condecorada por los presidentes Roosevelt o Hoover, y su objetivo estaba claro: dar la vuelta al mundo por el Ecuador y, de esa manera, ser la primera mujer en hacerlo y convertirse en el ser humano en recorrer una mayor distancia en avión. Sin embargo, ni Earhart ni su compañero de viaje Fred Noonan volverían a ser vistos con vida después de despegar de Lae, en Papúa Nueva Guinea, el 2 de julio de 1937. La situación atmosférica era poco favorable, lo que probablemente provocó que Earhart se extraviase y se quedase sin combustible, aunque algunas teorías señalan que pudieron caer en una isla controlada por japoneses, donde fueron ejecutados.
Debido a su fama, la búsqueda de los restos del avión donde viajaban Earhart y Noonan fue la más importante jamás celebrada hasta la fecha, pero nunca se encontraron los restos del Lockheed Electra. En una carta enviada a su marido, George Putnam, Earhart reconocía los peligros de su misión, pero reivindicaba su rol: “Por favor, debes saber que soy consciente de los peligros, pero quiero hacerlo porque lo deseo. Las mujeres deben intentar hacer cosas como antes lo han hecho los hombres”.
Vuelo 19
La misteriosa tragedia que contribuyó a cimentar la leyenda del Triángulo de las Bermudas. El 5 de diciembre de 1945 se perdió la pista de cinco bombarderos americanos cerca de Florida durante una misión de entrenamiento. No sólo los 14 tripulantes de los bombarderos desaparecieron sin dejar rastro, sino que los 13 responsables de la misión de rescate fallecieron tras una fuerte explosión. El voluminoso documento de 500 páginas publicado por el ejército sugería la posibilidad de que los pilotos se hubiesen extraviado durante las maniobras y, al quedarse sin combustible, se hubiesen precipitado en el mar.
Sin embargo, el historiador americano Allan W. Eckert dio pábulo a las teorías más fantasiosas al reproducir unas hipotéticas declaraciones de uno de los pilotos, que antes de perder contacto con tierra comunicó lo siguiente: “Estamos entrando en agua blanca, nada parece normal. No sabemos dónde estamos entrando, el agua es verde, no blanca”. La causa de la desaparición de los 14 miembros del escuadrón fue declarada “desconocida” después de que la madre de uno de ellos se quejase, al considerar que la Armada estaba acusando a su hijo fallecido de haber dado con la misión al traste, aun sin disponer de ninguna evidencia física.
Vuelo CS-59 de la British Airways
El 2 de agosto de 1947, un avión procedente de Londres desapareció en la zona del glaciar del volcán Tupungato, en los Andes argentinos. En él viajaban 11 personas, entre las que se encontraba el agente del tesoro Paul Simpson, que transportaba una remesa de lingotes de oro. Debido a que la búsqueda no dio ningún resultado, el del Star Dust fue otro caso abierto a diferentes teorías de la conspiración. Sin embargo, en 1998, un montañero que respondía al nombre de Pedro Reguera divisó en el Tupungato el motor de un avión, y un par de años más tarde se encontraron los restos de la aeronave, que ya habían sido saqueados con anterioridad.
La teoría más aceptada señala que, probablemente, el avión se estrelló contra una pared nevada, lo que provocó una avalancha de nieve que sepultó los restos durante décadas. Dicha hipótesis señala que probablemente fue un error de navegación lo que desvió 64 km fuera de su camino al Star Dust.
Flying Tiger Line Flight 739
El 16 de marzo de 1962, un Lockheed L-1049 desapareció mientras sobrevolaba el Pacífico, con 93 soldados y 3 vietnamitas a bordo, camino de Filipinas, donde debía hacer escala antes de llegar a Saigón. El ejército americano dedicó sus esfuerzos a explorar más de 520.000 kilómetros cuadrados, pero nunca consiguió encontrar la más mínima traza del aeroplano, aunque testigos oculares afirmaron haber visto una fuerte detonación en el cielo el mismo día en que el Lockheed desapareció.
Como no podía ser de otra manera, la desaparición del vuelo dio lugar a teorías de la conspiración relacionadas con un posible sabotaje. Otros dos aviones que despegaron de bases americanas el mismo día, uno de los cuales portaba cargamento militar, encontraron dificultades durante el vuelo. Esta teoría viene refrendada por el testimonio de los trabajadores de un petrolero, que afirmaron haber visto una explosión en el horizonte, lo que refrendaría la hipótesis del sabotaje, a la que la Civil Aeronautics Board dio pábulo. Sin embargo, y como en la mayor parte de casos aquí presentados, la imposibilidad de dar con los restos del accidente impidió que la investigación resultase concluyente.
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